jueves, 10 de abril de 2008

LIMITES PERSONALES


¿Sientes que las personas abusan de ti? ¿Que no puedes decir NO cuando te piden algo? o ¿qué no te hacen caso, ni le dan importancia a tus cosas, que no te respetan?
Todo esto sucede por que no ponemos limites en la relación con los demás. Esta relación puede ser trabajo, amorosa, amigos, hijos, etc. Continua abajo

Nosotros generalmente no establecemos nuestros límites de una forma entendible y conciente, sino que los vamos estableciendo dependiendo de la forma en que permitimos que nos traten.

Pero esta actitud puede causar problemas, pues hay personas a las que hay que expresarles cuales son nuestras fronteras de una forma clara e inequívoca. La gente no adivina lo que nosotros queremos o lo que pretendemos que hagan. Esperar que nos adivinen nos puede ocasionar problemas, es mejor hablar claro. Por ejemplo: Si no te gustan la forma de bromear de alguien contigo tienes que hacérselo saber porque sino esta persona continuara bromeando de la misma forma, aunque a ti no te guste.

Cuando nuestros limites son violados nos corresponde a nosotros aclarar la situación con quien los invade.

Estos límites se ven fortalecidos cuando aprendemos a decir si a algunas situaciones o a decir no a otras. El poner límites no tiene que ver nada con la agresividad ni es un acto de violencia, sino que consiste en ser sinceros cuanso se pide que se nos respete. Recuerda que hay que ser diplomáticos para no herir a los demás en algunas circunstancias.

Toda relación por intima que sea tiene que tener límites o parámetros. Para poder establecer relaciones que nos sean satisfactorias y para poder arreglar las conflictivas es necesario examinar nuestros límites. La gente llega a abusar de nosotros hasta donde nosotros mismos les damos permiso.

Hay límites físicos y limites emocionales.
Limites físicos todos los tenemos y nos distinguen entre unos y otros. Estos son los que nos protegen de posibles invasiones o agresiones del exterior, nuestro limite mas claro es nuestra propia piel. Por ejemplo: yo se a quien permitirme que me acaricie, quien me de la mano o un beso en la mejia, si vamos caminando por una calle y viene otra persona desconocida o no agradable nosotros nos hacemos a un lado y si es posible, que no nos toque, pero si esa persona es un amigo nos paramos saludamos y nos tocábamos. Tú decides cuando miras a los ojos a una persona, cuando y donde te dejas tocar, a quien le damos amistad a quien no, etc.

Limites emocionales
Estos por un lado nos separan de los demás y por otro nos protegen de las agresiones y también nos sirven para un intercambio con otros. Sirven de frontera donde tiene lugar nuestro encuentro.

Tu decides como deseas que los demás te traten, por ejemplo que bromas acepto y cuales no, para que pueden contar conmigo y para que no, que puedo tolerar y que no, etc.

Hay límites que fomentan el desarrollo y la madurez mientras que otros la obstaculizan.
A veces somos demasiado radicales y no comprendemos y otras veces demasiado flojos. En nuestros limites en general podemos ser claros, flexibles, rígidos, y difusos.

Tus limites personales pueden alejarte o acercarte a las personas, mejorar o entorpecer las relaciones interpersonales. ¿Pones tus limites claros o dejas que alguien mas los ponga por ti?
Hay varios tipos de límites: claros, rígidos y difusos.

Claros. Un limite claro es aquel que es bien claro (valga la redundancia) y bien delimitado como para mantener nuestras prioridades y autonomía. Ejemplo: No permito ningún asalto físico.

Rígidos. Pero nuestros limites también nos deben permitir ser flexibles para poder establecer relaciones cercanas y que nos satisfagan. Por ejemplo: los niños no tienen permitido comer en la sala, pero un día que están todos juntos viendo una película en familia, darles el permiso en esa ocasión especial.

Los límites rígidos se convierten en murallas que impiden un acercamiento con los demás, suelen ser personas que se interesan más por ellas mismas que por los demás, y bloquean las relaciones. Cuando actuamos egoístamente por ejemplo.

Difusos. Para poder tener una relación sana es necesario que cada persona conserve su autonomía e identidad y aprenda a respetar la del otro. Pero algunas veces esto se confunde y ya no se sabe donde comienza uno y donde termina el otro, cuando nos relacionamos de esta forma no se percibe con claridad cuales son nuestros sentimientos, deseos, necesidades y otros aspectos de la vida íntima y cuales son los de la otra persona.

Cuando en la pareja dicen por ejemplo: nos compramos una casa, mandamos a limpiar el jardín, vamos a hacer otro viaje, nos pusimos bien contentos, como si fueran uno solo, no dos personas distintas.

El apego excesivo nos conduce a relaciones no satisfactorias.
El intento de pensar y sentir como otra persona, ya sea nuestra pareja, hijos, amigos hace que ninguno de los dos nos conozcamos. Me gusta el fútbol por que a mi esposo le gusta, y entonces me tiene que gustar a mí, voy a votar por x candidato por que es el predilecto de mi papá.

Recuerda tu pones tus limites, tu estableces el tipo de relación que deseas, tu das la pauta a otros para que ellos establezcan como tratarte.

No hay comentarios: